dimarts, 14 de maig del 2013

El sueño de Tayrona!!

Tras nuestro descanso en Taganga, el día 8 de mayo, nos pusimos en marcha camino del Parque Natural Tayrona.

El Parque Natural Tayrona son 15.000 hectáreas de río, mar Caribe, selva y cámpings. Está justo a los piés del nevado de Santa Marta y por eso la vegetación tan húmeda llega hasta los piés de la playa.

Tras comprar víveres para esos días, en el parque todo lo que venden es carísimo, nos metimos en la buseta que en aproximadamente 1 hora nos llevó desde el mercado de Santa Marta hasta la entrada al Parque que hay en El Zaino. 

Allí en la entrada nos encontramos con Laura y Guillem dos chicos de Barcelona que nos sonaban de vista de las Galapagos y de Taganga. Después nos registraron todo el equipaje y nos hicieron tirar cada una de las bolsas de plastico que llevábamos para no ensuciar, aunque visto lo visto durante el viaje no se quien son mas guarros si los locales o los extranjeros... 

Ahora sí, pagamos nuestra entrada de 37.500 COP y nos montamos en la buseta que por 2.000COP nos llevaría hasta Cañaveral. Ya estábamos en en Tayrona!!



Desde Cañaveral hasta Arrecife, la primera zona de acampada, hay que andar por un sendero muy bien indicado y muy sencillo por unos 45 minutos aproximadamente, pero claro, el calor que hacía y el peso que llevábamos fue un factor para retrasarnos un poco más de una hora. 

Una vez en Arrecifes fuimos a alojarnos donde estaban Laura y Guille, el camping Bermúdez, que nos habían dicho que era muy tranquilo y barato. Por el mismo precio de dormir en hamaca (15.000COP/pax) conseguimos tener una tienda de campaña con colchón y todo!!

playa Arrecifes

Con todo colocado en su lugar nos fuimos a disfrutar de la playa más cercana a Arrecifes, playa Arenillas. Nos dimos un baño en sus aguas movidas por las lluvias de la noche anterior y estuvimos un rato disfrutando del lindo paisaje.


Después comenzamos a andar por un caminito que nos llevó desde arenillas hasta playa Piscinas, una playa más grande y con el agua un poco más calmada.



Después de la primera cena a base de salchichas y pan de molde y de charlar largo y tendido con Laura y Guille, nos fuimos a dormir a nuestra tienda de campaña.

La mañana siguiente la comenzamos abriendo a golpe y porrazo los cocos que el día anterior habíamos recogido en el camino de vuelta desde la playa y probando las ricas tortas de harina de maíz que había preparado Laura.



Después del desayuno nos pusimos en marcha porque íbamos a la playa de Cabo de San Juan y quedaba más o menos a una hora desde el cámping. El camino, tambien por la selva, se hizo más ameno porque teníamos que ir esquivando a todos los habitantes del lugar, cangrejos azules, hormigas, cocos...


Una vez llegamos al Cabo San Juan pudimos disfrutar del paraíso como nos lo imaginábamos  Palmeras, arena clara y el mar, no tan azul y transparente como esperábamos, pero el mar caliente del Caribe.



Desde allí nos pusimos a caminar por la playa, a subir por rocas y descubrimos otra playa que disfrutaríamos al día siguiente.


Comenzamos antes el camino de vuelta porque decidimos comprarnos un pescado en la playa y con el agua de coco de los cocos del camino hacer una salsa!!



Pasaron unas 3 horas desde que comenzamos a cocinar hasta que realmente nos lo llevamos a la boca y es que con un fuego de leña húmeda y sin utensilios como los de casa, la cosa se complica...


Al día siguiente, 10 de mayo, salimos de paseo hasta la salida del parque para comprar más provisiones. Por suerte el camino sin las mochilas fue mucho más facil y pudimos apreciar toda la fauna que nos rodeaba...



A la vuelta de nuestro paseo y con provisiones para los dos días siguiente que nos quedaban nos comimos algo más de coco para aguantar mejor hasta la hora de comer.

Hoy si tocaba ir hasta la playa Brava, un playa mucho más grande que las demás y con el agua más limpia que las que habíamos visto hasta ahora.


Allí nos pasamos todo el día hasta que no pudimos soportar más el poco sol pero el intenso calor que hacía e hicimos una paradita en Cabo San Juan para comer más coco y sacarnos una linda foto con nuestros compañeros de aventura en el Tayrona! 


Al llegar, el camping se había inundado de tiendas de campaña de adolescentes y ya nos temíamos lo peor... y lo peor llegó, estuvieron toda la noche, como dicen acá,  haciendo bulla, y casi no pudimos dormir nada en toda la noche. 

A la mañana siguiente y a pesar de que ya teníamos la noche pagada en el camping decidimos irnos. No tenía mucho sentido estar allí un día más con todas las nubes que había. Y viendo que los profesores no supieron controlar a sus alumnos la noche anterior no nos íbamos a quedar una noche más sin poder dormir.   

Recogimos todo y nos fuimos de nuevo a nuestra tranquila Taganga a ver la última puesta de sol y comernos la última pizza en Pomodoro.



Nuestra estancia en Tayrona ha sido maravillosa, la mezcla entre selva y Caribe es brutal!! La pena que no pudimos disfrutar de un sol espléndido y no pudimos ver el color turquesa-cristalino tan esperado del agua caribeña ni un solo día.

1 comentari:

  1. nois, ja teniu per recordar molt de temps. Per tant, no s'acaba encara...

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