Aquí cada día es domingo

Como bien nos dijo Kirsty, la jefa del bar La Boheme, "in Samaipata everyday's like sunday" o lo que es lo mismo, en Samaipata es como si cada día fuera un domingo. Y así hemos pasado nuestros últimos cuatro días, como un domingo en el que tienes tiempo para hacer todo lo que quieres o si quieres puedes no hacer nada.

Estos días los hemos dedicados a nosotros mismos, a pensar y a crear. Hemos creado nuevos artículos para nuestra subsitencia que podéis ver aquí y finalmente nos hemos atrevido a salir a vender a la plaza mayor... se acercaron, comentaron, pidieron precio y se fueron, pero para nosotros fue un gran paso. Hemos vencido nuestro estrés y nuestra ansia "Barcelonina" de hacer algo en cada momento, ya que aquí no hay muchas opciones. Y hemos pensado mucho y hemos tomado nuevas decisiones.

Aún no llevamos ni dos meses de viaje y tanto tiempo libre en este pueblo ha hecho que nos demos cuenta que el viaje nos llama y que debemos continuar. También no veíamos del todo claro lo de pasarnos tres semana parados en El Refugio y en este pueblo. Así que un buen día en la mañana nos levantamos y tomamos la decisión que Samaipata llevaba gritándonos desde hacía unos días: nos vamos para Sucre!

Después de unas tres horas esperando el autobús y de dejarnos alimentar por las samaipateñas que vendían fruta a todo el que pasaba, llegó nuestro autobús... toda una odisea que comenzó con nuestros asientos ocupados... y es que estamos en Bolivia...

¿Fuimos dentro o fuera del autobús? ¿De pie o sentados? En la próxima entrada todas las respuestas.