A esas horas de la madrugada no íbamos a ir a casa de nuestro couch en Quito así que pedimos habitación en el primer alojamiento que vimos en la zona, 23 $ por dormir las horas que quedaban de domingo y quedarnos hasta el mediodía del lunes.
Unas cuantas horas más tarde de que el sol saliera en Quito nos levantamos, yo con medio estado febril. Después de un rico desayuno, pan con chocolate y batido de fresa nos fuimos a turistear por el centro histórico.
Paseamos por sus calles cerradas al tráfico porque el domingo es el día en que las bicicletas toman la ciudad. Paseamos por sus iglesias, Santo Domingo, Compañía de Jesus, San Francisco…
Después de habernos comido nuestro menú de 2$ caminamos por la plaza de la Catedral...
... y cuesta arriba para ver la Basílica del voto Nacional, fue toda una experiencia subir a los torreones primero por los empinadísimos escalones y segundo por las vistas desde arriba.
Abril lo estrené con la misma fiebre que despedí a marzo pero tras el ibuprofeno todo mejoró. Nos pusimos en marcha porque nos esperaba un largo día, nos cambiábamos de habitación a una más barata, visita al museo Guayasamín, el barrio la mariscal…
Para nuestra sorpresa y después de subir más cuestas que el día anterior en la basílica, el museo Guayasamín estaba cerrado. Por suerte al lado estaba el parque metropolitano, un bosque a las afueras de la ciudad enoooorme pero la fiebre estaba volviendo y nos dirigimos a nuestra habitación para no ponerme peor.
La noche la pasamos entre trapos húmedos para bajar la fiebre y capítulos de The L World…Así que a la mañana siguiente entre que estaba todo nublado y que la fiebre aun rondaba el ambiente decidimos no subir al teleférico porque, primero, no íbamos a ver nada entre tanta nube y segundo con tanta altura haría mucho frio y eso no me iba bien.
Después de todo nuestras últimas horas en Quito las pasamos en el parque El Ejido de la Mariscal.
Nos encontramos una zona donde había Wi-Fi gratis de la biblioteca así que aprovechamos para comunicarnos y actualizar un poco la web. Después de ello fuimos a ver el Museo Nacional.
De allí nos fuimos a comer nuestro último menú en Quito y a agarrar el bus que nos llevaría a Latacunga. Nuestra estancia en Quito no ha sido la esperada, primero porque estaba enfermo y eso ha hecho que estuviéramos más en la habitación que visitando la ciudad y segundo porque sin tener un anfitrión de couch acabas teniendo una idea de la ciudad muy superficial.
Hola chicos, que bién se os ve, y ahora a las Galapagooooos, que bueno, pasadlo muy bién y cuidaos mucho. Besos muuuua
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