Allí nos esperaba nuestro anfitrión de CouchSurfing JuanK. Él y sus compañeros de piso están muy involucrados con el CS y han recibido en unos seis años a más de 4200 huéspedes Cuando lo conocimos nos contó qué es lo que podríamos hacer en su ciudad, pero desafortunadamente no teníamos mucho tiempo porque al cabo de dos días teníamos que marchar a Guayaquil para volar a las Galápagos.
Así que dicho y hecho, esa misma tarde comenzamos a visitar la ciudad. Dimos un paseo por el centro y de allá nos aventuramos en subir a unos miradores que se veían desde la ciudad. Le preguntamos a un policía que andaba por allá y no se qué pensó de nosotros, pero nos indicó el camino más largo que es el que toman los coches para subir. A medio de este largo camino volvimos a preguntar y nos dimos cuenta que desde el mismo pueblo se podía subir en un rato. Dimos la vuelta y volvimos al pueblo.
Desde allá comenzamos a subir por un sendero por la ladera de la montaña y finalmente llegamos al mirador de la Virgen de agua Santa. Es una gran imagen tallada en mármol de una virgen un tanto peculiar. Desde allí pudimos observar el volcán Tungurahua y toda la ciudad que, vista desde esas alturas, como otras ciudades en las que hemos estado, no es muy bonita.
A la mañana siguiente nos animamos a contratar una de las excursiones que nos ofrecían. Alquilamos dos bicicletas (7$/pax) y carretera abajo hicimos un circuito de unos 20 km para ver las cascadas que rodean este pueblo. Fue un camino sencillo pero con algo de lluvia así que nos lo tomamos con calma y si llovía nos parábamos a un lado de la carretera y nos resguardábamos.
Desde la última de las cascadas agarramos una camioneta que nos llevo de vuelta a Baños. Al llegar al pueblo dejamos nuestras bicicletas en la agencia y fuimos a casa ya que en la madrugada siguiente salíamos a las 6 en dirección a Guayaquil.
Después del madrugon, llegamos a la terminal 15 minutos antes de que marchara nuestro bus (como nos habían indicado el día anterior en la agencia cuando compramos el ticket). Estuvimos esperando alrededor de una hora y media a que apareciera por allí algún autobús y tras informarnos, la chica de la oficina, de que el bus ya había pasado a su hora, cosa incierta porque allá estábamos esperando nosotros, vemos llegar otro bus, salimos corriendo a agarrarlo y nos cuenta el chófer que simplemente había habido un accidente y por eso llegaba una hora y media tarde. Una vez en el bus ya solo faltaba esperar para salir de esta ciudad un tanto prescindible a nuestro parecer y demasiado turística y esperar con ansias la llegada a Guayaquil. Sólamente nos faltaban 24 horas para llegar a las islas Galapagos!!
continuem esperant...
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