dimarts, 26 de març del 2013

Máncora

Llegó la hora de dejar Lima atrás. El día 15 estábamos de nuevo nerviosos como el primer día de viaje. Era el momento de dejar atras todas nuestras rutinas, amigos y vida limeña que habíamos llevado este último mes y medio y comenzar de nuevo la vida de mochilero.


Por suerte el volver a agarrar el bus no fue tan traumático. Al llegar a la terminal nos dieron la noticia de que nuestro bus básico categoría "SuperChurre", por el que pagamos 80 soles, nos lo habían cambiado sin recargo por uno de la categoría "ExcluCiva" que valía unos 180 soles!! Así que locos y contentos nos metimos en el mejor bus que hemos tomado hasta ahora con asientos de piel reclinables 180º , con conexión Wi-Fi, y la cena y el desayuno incluidos.


Después de este maravilloso viaje en bus llegamos al fin a Máncora, un pueblito de la costa norteña del Perú. Al bajarnos del bus notamos lo que nos acompañaría durante estos cinco días que hemos pasado en este pueblo; un calor insoportable!! Después de bajarnos del mototaxi llegamos a la que sería nuestra casa por este tiempo, la NU HOUSE, una casa a pie de playa que Gabriel y Linda (nuestros "jefes" del festival 7 mares de Lima) nos habían dejado para despedirnos del Perú. MUCHAS GRACIAS!!!


Nuestro primer día en la casa de la playa fue muy tranquilo, bajamos a probar la rica y casi privada playa, nos cocinamos unos espaguettis con salsa tuco, volvimos a bajar a la playa y la noche la acabamos jugando una partida de Carcassone.




El día 17 y 18 lo pasamos basicamente igual que el primer día en Máncora. Nos levantábamos, íbamos a lavarnos la cara y bañarnos al oceano pacífico, desayuno, volvíamos a la playa, almuerzo, carcassone, alguna película, más playa, ver la puesta de sol, cenita y a dormir.



El martes 19 fue algo diferente. Después de nuestro baño matutino y el desayuno nos fuimos caminando por la playa hasta el pueblo de Máncora. Después de casi 1 hora y media de caminata llegamos a la playa del pueblo llena de gringos tostados al sol y surferos corriendo olas. 


Suerte que en esta zona no había tanta roca como en nuestra playa y pudimos aprovechar para tomarnos un baño sin temor de salir con los pies llenos de rasguños.


Una vez comprado nuestro billete para Ecuador nos regresamos a casa para descansar de esta vida tan agotadora que llevamos... y si la playa cansa cuando vas un ratito el domingo, imagínate cuando vas cada día como si fueras del sofá a la cocina!! AGOTADOR ;)

El día 20 amaneció también soleado para hacer por última vez nuestra rutina. La sorpresa del día la tuvimos a la noche. Al reorganizar de nuevo las mochilas nos encontramos con varios animalitos muy simpáticos dentro de la habitación. No sabemos si estuvieron ahí durante los cinco días o llegaron para despedirse de nosotros, pero por si acaso los dejamos bien asegurados para que no hagan ninguna trastada en la habitación...


A la vuelta al pueblo en mototaxi aprovechamos para gastar el saldo de nuestra tarjeta telefónica peruana... Así que nos despedimos hasta la próxima de todos nuestros patas peruanos: Tania, Nati, Walter y Ani.
Un placer chicos!!

1 comentari:

  1. Bé nois, Bon record el del Perú, en general. Diferent de la resta...
    Inclosa la Taràntula!!
    Bon viatge!!

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